REFORMA DE LA PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN DE MENGÃBAR, EN EL SIGLO XVI
En esta ocasión D. Sebastián Barahona Vallecillo – Cronista Oficial de MengÃbar, nos trae detalles de la reforma realizada en la Plaza de La Constituición con datos que se remontan al año 1535. Espero que os guste:
INTRODUCCIÓN
En la Revista de Feria de 1993, publicábamos un trabajo sobre la Plaza de la Constitución de MengÃbar. En el mismo recogÃamos las noticias más importantes de esta importante plaza, quizá el lugar más emblemático, céntrico e importante de la localidad, que está cargada de historia y que ha sido protagonista de los acontecimientos más importantes ocurridos en la misma. También hacÃamos referencia a algunas reformas que ha sufrido, asà como distintas referencias de la misma a lo largo del tiempo, algunas de ellas, del siglo XV. Este año, hemos querido ampliar su conocimiento, añadiendo ciertos datos, bastante interesantes y muy valiosos, que hacen que la conozcamos mejor, con los que se van completando su historia, aunque estamos seguros de que faltarán muchos otros, que, estamos seguros, se irán conociendo con el tiempo.
El trabajo de este año sobre esta plaza se basa en la documentación obtenida del Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza . Corresponde al año 1535 y creemos que es importante, ya que nos aporta una valiosa información sobre MengÃbar y nuestra Plaza de la Constitución en aquel año, como a continuación veremos.
Tenemos que empezar diciendo que en ese año, MengÃbar era un lugar o aldea de la ciudad de Jaén, careciendo de jurisdicción, ya que hasta 1574, no conseguirÃa ser independiente y alcanzar de Felipe II el tÃtulo de Villa, a cambio de tener que pagar sus vecinos a la Hacienda Real la cantidad de 22.500 ducados, una cifra bastante considerable y equivalente a muchos millones de euros. Por ello, todos los asuntos administrativos, tratados por el Concejo de MengÃbar, tenÃan que ser aprobados y confirmados por el Concejo de la ciudad de Jaén, como veremos a continuación.

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REUNIÓN DEL CONCEJO DE MENGÃBAR
Nuestra historia se remonta al 18 de abril de 1535, cuando el Concejo de MengÃbar (Ayuntamiento o Corporación Municipal), reunido en concejo abierto, o sea, juntos los alcaldes, el alguacil, los jurados y los hombres buenos o vecinos (en total, 55 vecinos), todos ayuntados en el cabildo. Era, por consiguiente, la reunión de las autoridades municipales y los vecinos en la puerta del Ayuntamiento para tratar un asunto importante para la localidad. Para ello, una campana de la iglesia anunciaba el acto con un toque caracterÃstico, que los vecinos conocÃan y con el que eran citados al mismo. Normalmente, al juntarse un grupo bastante numeroso, la reunión se hacÃa fuera del edificio del Ayuntamiento, bien en la puerta, en la que existÃa un asiento corrido o poyo, del que hemos oÃdo hablar a nuestros mayores o, normalmente, en la plaza de la fachada principal de la iglesia de San Pedro, conocida por plaza del Sol. Ese año, las autoridades municipales de MengÃbar eran las siguientes:
Alcaldes Ordinarios (HabÃa dos. Uno representaba al estado noble y el otro, al llano, o sea, los que no gozaban de privilegios). Ostentaban el cargo los vecinos Juan López de la Hoya y Alonso López de Malpica.
Alguacil (Cuidaba y vigilaba el orden público). Se llamaba Juan Pérez.
Jurados (Representaban a los vecinos y su objetivo era defenderlos de cualquier abuso). Desempeñaban el cargo Fernando Min de Andújar y Juan Saeta.
Hombres Buenos (Eran los vecinos que pertenecÃan al estado llano). En este caso, asistieron 55 vecinos, de los que aparecen sus nombres y apellidos y cuya relación alargarÃa demasiado este trabajo.
Escribano del Concejo o Secretario: Juan de Torres.
Los reunidos en el citado concejo abierto acordaron exponer al Concejo de la ciudad de Jaén, para su aprobación, lo siguiente:
1. D. Pedro Ponce de León, vecino de la ciudad de Jaén, posee unas casas grandes, junto a la iglesia de MengÃbar, dedicadas a ser alfolà de pan (granero o pósito), situadas en la plaza o coso (lugar donde se corren o lidian toros) de MengÃbar, “donde la gente se ayunta a sus negocios e donde se lidian e corren los toros†y que junto a las dichas casas están las carnicerÃas y la tienda del herrero, que son propiedad del Concejo de MengÃbar.
2. Que muchas veces este Concejo ha suplicado a don Rodrigo MesÃa Carrillo, padre de don Pedro Ponce de León, “les haga merced de derribar y allanar las dichas casas para bien de la iglesia, porque asà estará más desocupada la entrada de la misma y porque se podÃan hacer en la misma muchas capillasâ€.
3. También, porque “asà la plaza e coso tendrá más anchura y el pueblo estará más honradoâ€.
4. Por su parte, “el Concejo de MengÃbar derribará y allanará las carnicerÃas y tienda del herrero, propiedad del Concejo, situadas en medio de la citada plaza y junto a la Audiencia y casas del cabildoâ€.
5. Que la negativa de don Pedro Ponce de León la fundamentaba en que “las casas valen muchos maravedÃs, pero ahora, viendo el provecho que se hará a la iglesia y al pueblo, accede a derribarlasâ€.
Por todo lo expuesto, piden al Concejo de la ciudad de Jaén “que le dé licencia para que se derriben las carnicerÃas y la tienda del herrero, y se haga todo por escritura pública, y se edifiquen ambas en otro lugar de MengÃbarâ€.
De todo lo anteriormente expuesto, podemos deducir:
a) La plaza pública de MengÃbar, hoy llamada de la Constitución, ocupaba el mismo lugar que la actual y habÃa sido parte de la plaza de armas del castillo o fortaleza, que existÃa desde siglos anteriores.
b) En la misma se juntaban los vecinos para sus negocios, o sea, serÃa el lugar del mercado, donde se comprarÃan y venderÃan los productos básicos. Creo que de ahà viene el término de plaza de abastos. También era coso, donde se corrÃan y lidiaban toros, un dato curioso e importante para la historia taurina de MengÃbar. Asà mismo, se dice que en ella se hacÃan los famosos juegos de cañas. Éstos consistÃan en fiestas de a caballo, en que diferentes cuadrillas hacÃan varias escaramuzas, arrojándose recÃprocamente las cañas, de las que se resguardaban con las adargas o escudos de cuero.
c) Se habÃan construido en ella, de una manera bastante anárquica, ciertos edificios, algunos públicos, como las carnicerÃas públicas, donde se sacrificaban las reses y se vendÃan las carnes, y la tienda del herrero o herrerÃa, entonces propiedad del Concejo y arrendadas a un particular. Otros edificios eran de propiedad privada, como las casas citadas de don Pedro Ponce de León, dedicadas a ser alfolÃ, o sea, granero o almacenes.
d) La citada plaza estaba limitada al Norte por la Casa Palacio, la Torre del homenaje, la Audiencia (edificio donde se dictaba justicia) y las Casas del Cabildo, hoy llamadas Ayuntamiento. Al Sur, la iglesia de San Pedro y el Panteón o cementerio para enterrar a los difuntos, entonces propiedad del Concejo, desamortizado en el siglo XIX, donde hoy está la casa de don Juan Casado Moreno. Al Este, por algunas casas vecinales, y al Oeste, por el camino real o arrecife, que, desde el Barco llegaba a Granada, entonces por Alcalá la Real. Las casas de don Pedro Ponce de León estaban situadas muy cerca de la fachada Sur de la iglesia de San Pedro, lo que, prácticamente, impedÃa el fácil acceso a la misma. Expone el Concejo de MengÃbar que, al derribarlas, se podrÃan construir muchas capillas, muy probablemente, las que se construyeron después del derribo de las casas, y que conocimos como tales, antes de ser derribadas, a raÃz de la restauración de la iglesia, en 1969, que albergaron los camarines y capillas de las cofradÃas de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de la Virgen de los Dolores.
e) Don Rodrigo MesÃa Carrillo, hijo de don Gonzalo MesÃa, Señor de La Guardia y Santofimia, habÃa contraÃdo matrimonio en 1487, con doña MarÃa Ponce de León, hija de don Rodrigo Ponce de León, Marqués de Cádiz, 3º Conde de Arcos de la Frontera y Señor de Marchena, y de doña Beatriz Pacheco, hija del Marqués de Villena. Con la dote que doña MarÃa habÃa recibido de su padre, consistente en seis millones de maravedÃs, compró, entre otros bienes, en 1482, en MengÃbar, a don Pedro Barrionuevo, Veinticuatro de la ciudad de Jaén (cargo, hoy equivalente a concejal), y a su esposa, Martina Grañón, la Casa Palacio, solares, molinos, huertas y tierras, por importe de más de un millón de maravedÃs. Como dato curioso, podemos añadir que en el término de MengÃbar adquirieron unas 5.300 fanegas de tierra, por valor de 1.600.000 maravedÃs, pues años más tarde, el matrimonio adquirió los cortijos de la Atalaya, los Pozos, Carchenilla, Casa de Crespo (Matacas), etc. El valor de los bienes del matrimonio, en 1525, al fallecer doña MarÃa Ponce de León, ascendÃa a doce millones de maravedÃs.
f) Del matrimonio entre don Rodrigo MesÃa Carrillo y doña MarÃa Ponce de León nacieron, entre otros, los siguientes hijos: Don Pedro Ponce de León, doña Beatriz, don Francisco DÃaz Carrillo y MesÃa, don Rodrigo MesÃa Carrillo, doña MarÃa Carrillo y don Fernando MesÃa. El tercero, don Pedro Ponce de León y MesÃa, casado con doña Isabel de Córdoba y Mendoza, heredó de su padre el tÃtulo de Veinticuatro de la ciudad de Jaén y muchas heredades, entre ellas, las de MengÃbar. Fue el protagonista de los hechos aquà narrados y el que fundó en MengÃbar, en 1550, la CofradÃa de la Santa Vera Cruz, de la que se conservan sus Estatutos fundacionales, juntamente con sus hijos, don Rodrigo, don Pedro y doña MarÃa.
El mayor, don Rodrigo Ponce de León, casado con doña Mariana de Biveros, fue el que intentó comprar la jurisdicción de MengÃbar a Felipe II, en 1570, a lo que se opuso la mayor parte de los vecinos, consiguiéndolo éstos y teniendo que pagar a la Hacienda Real 22.500 ducados, para lo que tuvieron que hipotecar sus propiedades con un censo a perpetuidad, abolido en 1931, aunque consiguieron del Rey la Libertad de MengÃbar y el tÃtulo de Villa, en 1574. De esa manera, se impidió que MengÃbar se hubiese convertido en un SeñorÃo de los Ponce de León.
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EL CONCEJO DE JAÉN ACUERDA AUTORIZAR LA PROPUESTA DEL CONCEJO DE MENGÃBAR
El 21 de abril de 1535, el Concejo de la ciudad de Jaén respondió al de MengÃbar, concediéndole licencia para que pudiera concertar el acuerdo con don Pedro Ponce de León y hacer las escrituras públicas necesarias, en las que ambas partes expongan sus propuestas y se obliguen a derribar y allanar las casas de su propiedad, antes descritas, y asà la plaza se ensanchará y ennoblecerá, renunciando ambos a su propiedad.
ESCRITURA DEL ACUERDO ENTRE EL CONCEJO DE MENGÃBAR Y DON PEDRO PONCE DE LEÓN
Una vez que el Concejo de la ciudad de Jaén autoriza al Concejo de MengÃbar el derribo de las carnicerÃas y herrerÃas de la plaza, y el acuerdo con don Pedro Ponce de León, para que éste derribara, a su vez, las casas granero de su propiedad, también situadas en la plaza, unos dÃas después, concretamente, el 25 de abril de 1535, se firma la escritura pública del acuerdo, en la iglesia de MengÃbar.
Actúa de escribano el del Concejo de MengÃbar, Juan de Torres y firman como otorgantes los Alcaldes ordinarios y los Jurados, citados al principio. Aparecen también y firman como testigos: Francisco Cobo, clérigo, Juan de la Choza, el viejo, Juan de Montoro Criado, y Francisco DÃaz de Serrano, todos vecinos de MengÃbar.
FINAL
Hemos visto, a lo largo del presente trabajo, como en 1535, la plaza pública de MengÃbar, hoy llamada de la Libertad, se ensancha y empieza a mostrar el aspecto actual. Para ello, fue necesario el interés y preocupación de las autoridades locales de aquellos momentos y de la colaboración, totalmente desinteresada, de don Pedro Ponce de León, perteneciente a la nobleza jiennense, que, aunque era vecino de la ciudad de Jaén, poseÃa en MengÃbar, además de la Casa Palacio, una ingente cantidad de bienes. Sus sucesores fueron heredando, en régimen de mayorazgo, esos bienes, hasta finales del siglo XIX, ostentando distintos tÃtulos nobiliarios, como Marqueses de Castromonte, Condes de GarcÃez, Duques de Montemar y Duques de Sesa, tal como demuestran los escudos, que blasonan y aparecen en la fachada de la Casa Palacio, hoy convertida en “Hotel Palacio de MengÃbarâ€. Esta familia colaboró, económicamente, en gran manera, en la ampliación de la iglesia parroquial de San Pedro y en la construcción del presbiterio de la misma, en el Siglo XVI, por lo que, muy posiblemente, las efigies de algunos miembros de esta familia sean las que aparecen en las esculturas de los casetones, existentes en el ático del retablo del altar mayor.
Esperemos que sigan apareciendo nuevos datos de esta bella y encantadora plaza, que tanto gusta al forastero, para que sigamos completando su larga evolución a lo largo de los siglos.
Os dejo con unas fotos de como es la Plaza de MengÃbar actualmente:






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